Anuario 2020 - 2021
99 agustinosvalencia.com · Anuario 2020-2021 “Se llama escribir. ¿Te acuerdas? Sabes, muchos niños ya no saben cómo hacerlo. Escriben en el teclado o imprimen. O chatean en el móvil”. Toni Morrison, Premio Nobel de 1993 Si hay algo novedoso que la situación que hemos vivido estos dos años nos ha enseñado es la de la utilización de las nuevas tecnologías para nuestro trabajo de forma generali- zada, evitando tocar, en exceso, los útiles de otras personas y asistiendo telemáticamente a clases y reuniones. Sin em- bargo, para nuestros alumnos no siempre es una ventaja. Los apuntes tradicionales que cada uno tomaba, aprendiendo progresivamente a reconocer lo importante, han dejado paso a los e-mails y apuntes enviados por el profesor y, por tanto, el papel del alumno ha sidomás pasivo y eso se ha reflejado en su comportamiento y actitud hacia el aprendizaje. Tras el final de curso traumático del año pasado, iniciamos éste con la ilusión y la esperanza de poder reencontrarnos to- dos juntos en el aula. Desgraciadamente, la situación sanitaria no lo permitió. Ha sido un año complicado, difícil y muy exi- gente desde un punto de vista mental. El cansancio ha hecho mella en nuestro entorno escolar y todos, finalmente, necesi- tamos un descanso más merecido que nunca. Los profesores han estado pendientes durante estos me- ses de los problemas, dudas o inquietudes de sus alumnos respondiendo correos de Educamos o consultas a través de Teams sin seguir, en muchas ocasiones, un horario “norma- lizado”. Los alumnos, por su parte, en líneas generales, han mostrado una preocupación y responsabilidad por su futuro que raramente se ha podido observar otros años. La mayoría de nosotros, además, hemos intentado man- tener las normas de seguridad sanitarias para que, pese a las restricciones, todo fuese más llevadero en las clases y evitá- semos contagios en casa, especialmente de nuestros familia- res con mayor edad. Sin embargo, no podemos obviar algunos problemas se- rios, que pueden comprometer el futuro de nuestros alum- nos. Recuerdo que, en el mes de septiembre, uno de ellos pre- guntó: “¿Cuándo nos vamos a confinar?” y, a continuación, la cuestión más sorprendente, pero que a él le interesaba más: “¿Volveremos a hacer los exámenes desde casa?”. Finalmente, nada de eso ocurrió y me gustaría destacar el buen trabajo realizado por muchos de ellos, con un rendi- miento y un esfuerzo, para poder seguir con sus clases y su formación, no solo notables sino sobresalientes. Estos alum- nos, sin duda, conseguirán en el futuro lo que se propongan y esta anomalía en la forma en la que han asistido a las clases no va a lastrar su formación, sino que les ha hecho más inde- pendientes y responsables. Además, ha fomentado el trabajo en equipo , un gran valor de nuestro Colegio. Tal vez esta incertidumbre o esperanza en la realización de pruebas o exámenes online haya condicionado el rendimiento de otros que esperaban, al igual que en el final del curso ante- rior, poder utilizar, “sus apuntes y libros”. Creo que la forma en la que se promocionó de un curso a otro suscitó una serie de inseguridades y de pérdida de hábitos de estudio de las que muchos ni se han desprendido ni recuperado. Además, esto ha servido de excusa para justificar resultados mediocres, escudándose en dificultades “técnicas” o en excusas vario- pintas cuando realmente lo que ha ocurrido es que ha faltado trabajo. A estos alumnos les hemos brindado, tanto nosotros como los distintos organismos gubernamentales, toda nues- tra ayuda y pueden haber “promocionado”, aunque su éxito dependerá de que sean capaces de desarrollar sus aptitudes con unas actitudes muy diferentes a las que han tenido este año. Claramente, su futuro está en sus manos. Tal vez, a partir de ahora, las clases nunca vuelvan a ser igual que antes. Y eso es una oportunidad para mejorar y no para lamentarse. Es cierto que, en muchas ocasiones, se cri- tica la escuela por mantener una metodología anclada en el pasado. Sin embargo, no es cierto. Las clases han cambiado porque los alumnos han cambiado, porque las fuentes de in- formación han cambiado, porque los profesores han cambia- do, porque el mundo ha cambiado. La clase magistral puede seguir existiendo puntualmente, pero coexiste con otro tipo de metodologías en las que la reflexión por parte del alumno para entender los distintos conceptos es fundamental. Y, a partir de aquí, si hay algo que no debe cambiar es la finalidad última de nuestra escuela: conseguir una formación integral y personas en las que, además, cale el conocimiento . Y eso, sin esfuerzo, no se consigue. No se trata de hacer “deberes” sino de “estudiar” para “asimilar”, para “crecer”. La tecnología, que nos acompaña ahora, es útil y, en muchos casos, necesaria, pero no debe ser la única herramienta que do- minen los alumnos. Tampoco se puede convertir en un recurso para hacer trabajos “copia/pega” de contenidos en páginas que todos conocen y cuyas fuentes no están en absoluto contrasta- das. Existen muchas voces, como la cita que introduce este ar- tículo, que apoyarían esta idea porque la tecnología debe servir para aumentar los conocimientos, para ser creativo, para poder comunicarnosymostrar tambiénunapartedenuestravida, pero no para ser un simple cauce que traslada información de un for- mato digital a otro sin dejar huella en el estudiante. Aprendamos de todo esto que nos está sucediendo. Ac- tuemos con criterio. Mejoremos, pero tengamos siempre pre- sente la finalidad más importante de la escuela: la formación integral. José Ängel Sanchis Valverde Coordinador convivencia 2º ciclo APTITUDES, ACTITUDES Y VALORES
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